CONTROL DE LECTURA
APUNTES PARA UN ESTADO PLURINACIONAL
I.-
INTRODUCCIÓN.
Desde la victoria electoral de Evo Morales, se empezó a hablar de dos
Bolivias una en el occidente indígena, subdesarrollada y pobre y la otra
oriente moderna con mestizaje regional, exportadora y prospera; este una en el
occidente indígena, subdesarrollada y pobre y la otra oriente moderna con
mestizaje regional, exportadora y prospera. La existencia de estas dos Bolivias
tuvo dos respuestas en la década del 2000, una por la elite asentada en Santa
cruz y la otra por los movimientos indígenas y populares. Es así que se dio una
consolidación política indígena y popular, pero el oriente trato de avanzar en
la separación real de estas dos densidades sociales y no acepta la búsqueda de
la descolonización que implica renunciar a los privilegios.
El proyecto nacional mestizo que nació en 1952 se haya convertido en un
regionalismo nacionalista que sueña con un Estado-nación con una sola lengua,
cultura y territorio.
Esta época hace emerger dos problemas uno que implica pensar al movimiento
indígena como un sujeto articulador de lo plurinacional y el otro que se haya
generado una intersección entre el horizonte de liberación indígena que podría
implicar un proyecto plurinacional.
Este ensayo plantea que el movimiento indígena popular está constituyéndose
un proyecto plurinacional que articula al pueblo, que podría generar la
suficiente fuerza social movilizada en las calles garantizando que no se repita
la dominación de un sector de la sociedad sobre otro, como fue en la
articulación de la Media Luna.
Es necesario diferenciar dos dimensiones de lucha política de las
organizaciones indígenas en el despliegue, uno en tanto oprimidos y por tanto
interiores al orden moderno colonial y otra con excluidos, como exterioridad de
ese orden. La exclusión implica una visión más integral de su condición.
II.-
DESARROLLO.
La lectura indica la existencia de dos Bolivias, una en el Occidente
indígena, subdesarrollada y pobre y la otra Oriente moderna con mestizaje
regional, exportadora y prospera, la existencia de estas dos Bolivias tuvo dos
respuestas en la década del 2000, una por la elite asentada en Santa cruz y la
otra por los movimientos indígenas y populares; es así, que se dio una
consolidación política indígena y popular, pero el oriente trato de avanzar en
la separación real de estas dos densidades sociales y no acepta la búsqueda de
la descolonización que implica renunciar a los privilegios. Esta época hace emerger dos problemas uno que
implica pensar al movimiento indígena como un sujeto articulador de lo
plurinacional y el otro que se haya generado una intersección entre el
horizonte de liberación indígena que podría implicar un proyecto plurinacional.
Es necesario diferenciar las dos dimensiones de lucha política de las
organizaciones indígenas en el despliegue, uno en tanto oprimidos y por tanto
interiores al orden moderno colonial y otra con excluidos, como exterioridad de
ese orden. La exclusión implica una visión más integral de su condición.
III.- Conclusión.
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